Nacional, Wednesday 25 de February de 2015

El portero aseguró que las lesiones que presentaba en su cuerpo fueron provocadas por la Policía mientras era amenazado para que se hiciera cargo del crimen de Ángeles Rawson, y acusó a sus ex abogados de haberle aconsejado mentir para no involucrar al personal de seguridad.

Si bien su defensor, Adrián Tenca, había anunciado ayer que su cliente no iba a hablar, Mangeri sorprendió cuando el presidente del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 9, Fernando Ramírez, le preguntó si quería prestar declaración y el imputado le dijo que sí y que iba a contestar "todas las preguntas".

Vestido con un jean azul y una camisa negra cuadriculada, Mangeri se sentó frente a los jueces Ramírez, Ana Dieta de Herrero y Jorge Gettas a las 10 y no paró hasta las 14.30.

Mangeri brindó una extensa declaración en la que cada vez que se apartaba del relato que había preparado, en varias oportunidades incurrió en contradicciones, olvidos o sinsentidos, como por ejemplo cuando le exhibieron las fotos de las 34 lesiones que presentaba la noche en la que fue detenido -algunas compatible con arañazos-, y dijo que todas le parecían "quemaduras".

El momento más tenso se dio cuando el portero era interrogado por el abogado querellante de la familia de la víctima, Pablo Lanusse.

El ex fiscal le pidió si podía mostrar sus manos, Mangeri las levantó y Lanusse le preguntó: "¿Apretó alguna vez el cuello de alguna persona con esas manos?", a lo que, pese a la oposición de su defensor Tenca, el acusado contestó: "No".

Luego, Lanusse arremetió con una pregunta directa: "¿Le quitó la vida a Ángeles Rawson?".

Tenca se volvió a oponer, pero como el juez Ramírez hizo lugar a la pregunta de la querella, Mangeri volvió a contestar que "no".

Otro de los momentos incómodos fue cuando Mangeri fue interrogado por los fiscales Sandro Abraldes y Fernando Fiszer.

"¿Usted sentía culpa por el homicidio de Ángeles Rawson?", le preguntó Abraldes, y el imputado respondió: "Culpa de no haber estado en la puerta" y el fiscal le repreguntó: "¿Usted se siente responsable?", a lo que Mangeri contestó: "Responsable no. Dolido y molesto por no haber estado en el hall de entrada a esa hora".

Abraldes luego lo interrogó: "¿Sentía atracción sexual por Rawson?", Tenca volvió a oponerse, el TOC consideró que era una pregunta referida a uno de los delitos que se le imputan -el abuso sexual-, y Mangeri contestó: "No, de ninguna manera".

 

Las primeras dos horas de declaración, Mangeri las dedicó a hacer un relato cronológico de lo que le había pasado entre el lunes 10 de junio de 2013 -día en el que Ángeles desapareció y fue asesinada-, y el viernes 14 en el que terminó preso.

Mangeri contó que dentro del móvil lo maniataron por la espalda con precintos plásticos, lo encapucharon con un gorro en la cabeza y luego le empezaron a insultar y pegar Por primera vez en la causa, Mangeri denunció en una misma indagatoria, los tres presuntos "aprietes" que sufrió durante esa semana por parte de la Policía.

Según el imputado, el primero de los episodios fue el jueves a la mañana, cuando salió de Ravignani 2360 para ir al médico.

Dijo que en la esquina con la avenida Santa Fe, se le acercó un auto "oscuro" que podría ser "un (Volkswagen) Polo" con un hombre armado "con una pistola negra" que le dijo: "Hijo de puta, sabés lo que tenés que hacer. Andá a declarar y hacete cargo o te va a pasar lo peor".

El segundo hecho que denunció lo ubicó el viernes 14 por la tarde cuando llegaba al edificio para buscar algunos documentos y ropa, y fue interceptado por un policía "uniformado" que le dijo que él estaba citado para declarar ese día y que lo subió a un patrullero donde fue torturado.

El imputado contó que dentro del móvil lo maniataron por la espalda con precintos plásticos, lo encapucharon con un gorro en la cabeza y luego le empezaron a insultar, pegar y hasta torturar quemándolo con lo que él creía era una "llama directa".

"Me quemaron la cara, la espalda, la panza. Me decía que me iba a matar, que me iba a pegar un tiro", relató Mangeri, quien en otro tramo aseguró que dentro del patrullero sintió "pánico" y se había "orinado".

Añadió que el tercer y último apriete lo sufrió en la Fiscalía de Instrucción 35, en el segundo piso del edificio judicial de Tucumán 966, donde la noche del viernes llegó disfrazado de policía trasladado por personal de la División Homicidios.

Acusó a la fiscal de la causa, María Paula Asaro, de que "se burlaba" de él cuando intentaba contarle lo que le habían hecho los policías.

"La fiscal me decía '¿algo más le pasó?', parecía que me estaba cargando. Me decía que con todo lo que me había pasado podía hacer un libro o una película", dijo hoy Mangeri.

El imputado denunció que a cargo del interrogatorio estaba "un subcomisario o comisario" que podría identificar si lo ve y que ese jefe policial fue quien lo presionó para que confesara el crimen.

Según Mangeri, este oficial le decía: "Yo sé lo que te pasó. Que (Ángeles) me provocaba, que las chicas de esa edad calientan la 'pava', que era una histérica, que lo había provocado, que luego no quiso y eso me puso como loco".

 

"Me dijo que tenía que llamar a la fiscal y confesar (eso), y que si no lo hacía, iba a ir presa mi mujer", agregó el portero a los jueces, ante quienes aseguró que el policía le dijo que "para que no sea tan alevoso, le diga a la fiscal que 'se me fue la mano'".

Al mencionar la autoincriminación, hoy no ratificó la frase "soy el responsable de lo de Ravignani 2360, fui yo", asentada en el expediente por la fiscal Asaro.

"Pensando en mi esposa, les dije que si ellos pensaban que había sido yo, que estaba bien. Me esposaron y me llevaron a Homicidios", dijo hoy ante el tribunal respecto a la madrugada de aquel sábado 15 de junio, cuando salió esposado y detenido de la fiscalía.