Internacional, Monday 25 de May de 2015

Un japonés de 68 años decidió sacar de su casa las cenizas que quedaron luego de que su mujer fuera cremada. Tras acusaciones familiares, confesó: 'Mi hacía la vida imposible'.

Un hombre de 68 años tiró las cenizas de su difunta mujer al inodoro de un supermercado argumentado que le hizo la vida 'muy difícil'.

El marido se entregó a la policía, que investigaba la aparición de un mentón dentro de un inodoro de un supermercado de Tokio. El marido señaló que a lo largo de los años, la relación se deterioró a extremos inusitados: 'Mi odio hacia ella era cada vez mayor. La vida era muy difícil antes de su fallecimiento'.

La mujer falleció a los 64 años y fue incinerada, sin embargo, su marido decidió el destino de las cenizas tras la cremación.

La fiscalía japonesa acusa al hombre por abandono de restos mortales debido a que las cenizas humanas sólo pueden ser dispersadas en lugares autorizados.