Nacional, Thursday 28 de July de 2016

Fue golpeada, rociada con nafta y prendida fuego. El hombre se mató. Había una prohibición de contacto pero vivían a escasos metros de distancia.

Una mujer de 58 años se encuentra este miércoles en grave estado tras haber sido golpeada y prendida fuego por su expareja, quien luego del brutal ataque se quitó la vida.

El intento de femicidio ocurrió en una zona semirural de la localidad de Las Tapias, en el viejo camino a Chuchiras. En ese lugar, vivía Eduardo Altamirano de 71 años, y en una casa próxima su expareja Antonia Aguirre.

Fue una hija de la expareja, quien vive en una casa próxima a las otras viviendas, quien escuchó los gritos que provenían de afuera. Cuando salió encontró a su padre golpeando con un hierro a su madre. Pudo separarlos y en ese momento sintió un fuerte olor a combustible.

"Andate mamá", alcanzó a decirle la hija. Pero Altamirano volvió a atacar a la mujer y la prendió fuego.

La hija intentó apagar las llamas de su madre con la ayuda de un automovilista que se detuvo cuando vio la terrible escena. La mujer fue asistida por una ambulancia y luego trasladada al hospital local, donde continúa internada con pronóstico reservado.

En tanto, el agresor se dio a la fuga y luego fue encontrado muerto en su casa.

Fuentes policiales confirmaron que Altamirano tenía antecedentes de violencia y sobre él pesaba una prohibición de contacto. Lo llamativo es que el agresor y la víctima vivían a escasos metros de distancia en un mismo predio, e incluso las viviendas de ambos compartían el patio.

Fuente.lavoz