Nacional, Sunday 18 de June de 2017

Imponente. La cámara de frío es un gran edificio que ocupa el equivalente a casi una cuadra de una avenida, por 36 metros de alto. 

Cómo fue la operación para financiar la enorme cámara de frío. La inversión global se paga con el ahorro de no tener que alquilar depósitos térmicos.

Si el verano es clave en las ventas de helados, el invierno es la antesala de la logística para abastecer a la fuerte y creciente demanda estacional.

A esta altura del año, Grido empieza a definir los contratos con los proveedores de cámaras de frío, es decir, los depósitos donde guardará los productos que serán consumidos meses después.

Esos acuerdos se definen por posiciones, que equivalen a un palet capaz de contener entre 700 y mil kilos de helado. Para abastecer su circuito comercial, Grido demanda entre 14 mil y 15 mil posiciones.

Cada día de “estacionamiento” es un montón de plata. Pero 2017 es una bisagra, una enorme bisagra de 30 metros de ancho, 36 de alto y 90 de largo.

Ese es el tamaño que tiene la gigante cámara que Grido está terminando de instalar y que provocará no sólo un salto de integración vertical, sino que tenga que reservar a terceros “apenas” unas mil posiciones, es decir, entre seis y siete por ciento de lo habitual.

La dimensión del ahorro es tal que con casi dos meses del gasto de alquiler cubre las cuotas que tiene que pagar en un año por la compra del nuevo equipo, a razón de un millón y medio de euros anuales.

Pero lo curioso no es sólo el ritmo de amortización, sino el acuerdo al que Grido llegó para que sea el propio proveedor quien financie la inversión.

En rigor, eso no es nuevo. La empresa de la familia Santiago se ha financiado varias veces con empresas que les venden equipos, pero nunca en plazos tan largos.

Un dos por uno

“Esta operación llevó tres años de negociaciones”, remarca Lucas Santiago (padre). El contacto arrancó con un representante de la alemana SSI Schäfer, para adquirir una cámara automática y de alta densidad.

“Ellos recurrieron a un agente financiero (Euler Hermes), que es de Europa y tiene oficinas en Uruguay”, recuerda. Hubo visitas y documentación pedida. “No nos hacíamos demasiadas ilusiones. Era 2013, 2014. Estábamos verdaderamente mal vistos en el exterior como país”, agrega.

Por eso la sorpresa cuando les comunicaron que habían aceptado asegurar un crédito de más de seis millones de euros ante el Banco Santander Río. En aquél momento implicaba una tasa de interés total de alrededor del ocho por ciento anual en euros, a siete años de plazo en 14 cuotas semestrales de capital e interés.

Pero la filial estadounidense de Westfalia, otra de las que pujaba en carrera, redobló la apuesta y ofreció financiar la operación en forma directa, con la misma garantía (la póliza de Euler Hermes).

Grido puso una condición: la oferta de Westfalia era tentadora y sus equipos automatizados tienen buena fama, pero a la cordobesa le gustan las estanterías de Schäfer.

Eso disparó una especie de dos por uno: ambas compañías se aliaron y la experiencia fue tan buena que ahora están trabajando juntas en otros proyectos.

El préstamo, con los mismos plazos, quedó enmarcado en una tasa Libor (referencia para créditos desde Europa) más 2,37 puntos. En total, menos de cuatro por ciento anual en euros.

La obra arrancó y ya está en su última fase. Por estos días, Grido empezó a probar la cámara para llevarla a la temperatura estándar (-25º) y planea tenerla operativa en agosto para 15 mil posiciones, las mismas que, a esta altura del año pasado, tuvo que salir a alquilar.

Nueva cámara

Inversión. La empresa proyecta tenerla operativa dentro de 45 días.

Global. La nueva infraestructura montada por la empresa Grido, entre equipos y obra civil, implica un desembolso total de 15 millones de dólares.