Hernán Arbizu, ex ejecutivo del banco JP Morgan y protegido del kirchnerismo, fue condenado por un juez de Nueva York a la pena de dos años de prisión por los delitos de fraude, robo y defraudación bancaria y sustracción de identidad agravada.

Se trata de uno de los aliados más inesperados del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Participó en el programa televisivo “6-7-8”, le brindó entrevistas a Luis D’Elía y presenció varios actos kirchneristas en búsqueda de la protección de la ex mandataria para evitar ser enviado a los Estados Unidos, donde la Justicia había determinado que fuera extraditado ya en 2008.

Entre 2006 y 2008, Arbizu trabajó en Nueva York donde fue denunciado por su empleador por fraude bancario debido a ocho maniobras de transferencia electrónica de fondos por hasta 5 millones de dólares. El empresario se dedicaba a sacar sumas millonarias de cuentas pertenecientes a sus clientes para suplantarlas en las cuentas de otros a los que había estafado en ocasiones anteriores.

Cuando se vio amenazado por la justicia norteamericana, el protegido K volvió a la Argentina y declaró que sus actividades en el extranjero resultaban ilícitas en su país natal por lo que tuvo que realizarlas allí. Mostrándose arrepentido, el banquero confesó ante el juez Sergio Torres los negocios que había llevado a cabo.

Sin embargo, la estrategia política y hasta mediática del banquero tuvo poco sustento judicial pero resultó de mucha utilidad para diversos funcionarios kirchneristas como José Sbatella, ex titular de la UIF, quien se acoplaba a sus denuncias. Por este motivo, el gobierno de Cristina no concedió la extradición de Hernán ya que lo consideró un aliado.

Arbizu debió trabajar para sostener el manto de protección que le había brindado el kirchnerato: se encargó de recorrer los medios de comunicación oficiales de aquel entonces para implicar al grupo Clarín en una causa de lavado de dinero cuando el programa “Periodismo para Todos” reveló la ruta del dinero K.

En 2015, sus planes fueron decayendo y desencadenaron en que el administrador anunció mediante su abogado, Pablo Argibay Molina, que había aceptado su extradición y así fue como viajó a los Estados Unidos para ser detenido. Al reconocer el delito por el cual estaba imputado, el aliado K recibiría la reducción de su pena.

Meses más tarde, Arbizu se declaró culpable de manera voluntaria por los delitos en los que estaba implicado. El lunes pasado, el juez Lewis Kaplan determinó que fuera apresado durante 24 meses y un día.

Fuente:mitre