María Julia Alsogaray falleció a los 74 años en la madrugada de este domingo víctima de un cáncer de páncreas. Por este motivo, hace unas semanas había sido internada en el sanatorio Los Arcos. Sin embargo, en los últimos días había regresado a su casa.

Si bien debió superar el trauma de ser la hija de Álvaro, un ingeniero que convirtió el apellido en símbolo del liberalismo y la ortodoxia económica en la Argentina, María Julia logró trascenderlo. Y consiguió que Alsogaray quedara emparentado a un lastre más pesado: la corrupción.

Su lealtad al ex presidente Carlos Menem le costó la prisión. En sus últimos años de vida, se la pasó recorriendo tribunales por causas de corrupción en su contra.

Asumió como secretaria de Medio Ambiente de la Nación cuando el riojano se proclamó presidente de la Nación y permaneció en el cargo hasta 1997. Además, Alsogaray fue designada como interventora de la empresa estatal telefónica ENTEL y se transformó en una de las caras de las privatizaciones del menemismo.

La notoria diferencia en su patrimonio al unirse al gobierno del riojano en 1989 y dejar el poder en 1999 fue condenada por el poder Judicial luego del menemismo. En total, sumó condenas por 11 años. Llegó a cumplir 22 meses de cárcel y un año y siete meses de prisión domiciliaria.