Internacional, Friday 20 de July de 2018

“Preparate porque a tu papito no lo vas a ver más”. La amenaza habría salido de la boca de Lulukhy Moraes (38), la ex esposa de Edwar Alexis Vaz Fascioli (45), el profesor de inglés asesinado por dos sicarios en la puerta de su departamento de Maldonado, Uruguay

“Preparate porque a tu papito no lo vas a ver más”. La amenaza habría salido de la boca de Lulukhy Moraes (38), la ex esposa de Edwar Alexis Vaz Fascioli (45), el profesor de inglés asesinado por dos sicarios en la puerta de su departamento de Maldonado, Uruguay. Se la habría dicho a uno de sus hijos pocos días antes del crimen ocurrido el 9 de julio pasado.

“La Gitana” o “Lulu”, como la conocen a Lulukhy en el selecto barrio Beverly Hills de Punta del Este, está presa desde el sábado. Dejó los lujos y excentricidades de la “mansión swinger” para mudarse a la cárcel de Montevideo. Para los investigadores, la mujer está estrechamente vinculada al homicidio de Vaz. “Este sorete no se va a llevar un solo peso de esta plata”, es otra de las frases que le adjudican. Todas las amenazas habrían ocurrido dentro de la casona bautizada “Gypsy Queen”, eje central de la historia, publica Clarin.

El conflicto se habría desatado en enero de este año cuando el profesor de inglés inició una demanda contra su ex esposa por bienes gananciales. Edwar y Lulukhy se divorciaron en 2016 pero, según él, ella se habría quedado con una cuenta bancaria con 750 mil dólares, un departamento valuado en 200 mil dólares, un Mercedes Benz SL 350 2011 declarado en 90 mil dólares, una 4×4 y otro auto más. En total, la demanda alcanzaba el millón y medio de dólares, según informó el abogado de la víctima, Martín Etcheverry.

Para no compartir esos bienes, la mujer habría puesto todo a nombre de Leticia, su “amiga” y “hermana de la vida”, con quien vivía en “Gypsy Queen”. La mujer compartió varios años de convivencia con el matrimonio y sus dos hijos, que ahora tienen 17 y 20 años.

Leticia figuró formalmente como dueña de la “mansión swinger”, por eso la propiedad no entró en el litigio judicial. Es un secreto a voces en Punta del Este que la mujer adquirió los terrenos con la ayuda de un ex ministro del gobierno de Carlos Menem, en 2003. Y luego construyó dos casas iguales. Hace unos cinco años se la habría vendido a un brasileño, que curiosamente contrató a Edwar, Lulukhy y Leticia como administradores “porque le gustaba como tenían la casa”. En la zona aseguran que la mansión era conocida por las fiestas swingers que se organizaban durante el verano.

La trama también involucra a Leticia en el terreno judicial. La actual pareja de Edwar le había iniciado un juicio por “abuso de derecho”, acusándola de usar un auto que le pertenecía y que Lulukhy había “entendido” que lo compró ella. Para este lunes estaba programada una mediación.

Esos no son los únicos indicios que tiene la Justicia para sospechar de “Lulu”. El viernes pasado hubo una declaración clave. Fue la del dueño del Volkswagen Gol que está preso porque su auto fue registrado por las cámaras de seguridad de Punta del Este y Maldonado el lunes a la noche, en las inmediaciones del edificio “Maravó”, ubicado en Lavalleja entre Solís y Joaquín de Viana, donde vivía el profesor. En algunas imágenes se lo ve conduciendo solo y en otras acompañado de dos personas.

El chofer no había querido hablar al principio. Pero se quebró cuando le dictaron la prisión preventiva por 120 días. “Esta vez no me podés fallar”, le habría dicho “La Gitana” al hombre, un jardinero y albañil de 25 años. Según contó a la Justicia, la mujer lo habría convocado el domingo anterior al crimen para “colocar ocho baldosas”. La sospecha es que lo llamó ese día porque el resto del personal que trabaja en la mansión no estaba.

En esa reunión, el detenido habría recibido instrucciones para pasar a buscar a las 21.30 por la parada 41 y medio de la Mansa a una persona “vestida de negro” y a otro cómplice más. “Yo pensé que solo le iban a dar un susto”, se justificó el detenido.

Los sicarios fueron hasta la casa del profesor, tocaron el timbre y le dijeron a la pareja de Vaz que eran amigos de su hija. El profesor bajó y sin palabras de por medio recibió un balazo en la sien. La bala quedó alojada en su cabeza. Los asesinos corrieron rumbo al auto y en la fuga dispararon una vez más pero el tiro impactó en una pared.

En Beverly Hills todavía no salen del asombro. Quienes conocían a los dueños de “Gypsy Queen” pasan del lamento por la muerte de Vaz a la sorpresa por la detención de “La Gitana”. Todo el día se detienen autos de patente argentina y uruguaya frente a la mansión y miran para adentro. La casa parece estar vacía pero por momentos se ve un “misterioso auto rojo”, como lo bautizaron por los vecinos, que entra y sale a cada rato.

El homicidio alteró el ritmo del barrio, plagado de casas lujosas con parques de más de media manzana. La mayoría de los habitantes del barrio son caseros que durante la semana mantienen las propiedades para los dueños, que vienen a pasar el fin de semana.