Internacional, Tuesday 16 de June de 2020

La familia del joven Sean Monterrosa, cuyos padres son inmigrantes argentinos, reclama justicia por el asesinato de su hijo, quien murió baleado por un policía de Vallejo, California.

El asesinato se produjo el martes 2 de junio cuando un oficial del departamento de policía de Vallejo disparó cinco veces a través del parabrisas de su patrullero y mató a Monterrosa, de 22 años, mientras estaba de rodillas con las manos en alto. Sus padres y sus hermanas son representados por el abogado de derechos civiles John L. Burris, quien defendió a muchas víctimas de la violencia policial.

Burris, junto con la familia y amigos de Monterrosa, se sumaron a miles de manifestantes que marcharon desde el Ayuntamiento de Vallejo hasta el departamento de policía, en reclamo de justicia. Durante la manifestación, Burris dijo: “No había nada que ocultar. El niño estaba de rodillas. Y cuando estás de rodillas, tienes las manos en alto y se rinde. Esa no es una base para disparar y matarlo. Por lo tanto, es nuestra responsabilidad garantizar la seguridad y proteger a Sean, su imagen y su vida. Y asegurarnos de que su familia aprecie que su vida no se ha perdido en vano. Es fundamentalmente incorrecto dispararle a alguien que estaba intentando rendirse”.

Por su parte, Michelle Monterroso le dijo a la multitud: “Mi hermano no merecía ser asesinado, no como cualquier otra persona que esté aquí también”. “Estos oficiales sienten que pueden hacer lo que quieran”, afirmó. “Sean sabía que el sistema estaba hecho para oprimir a las personas de color, estaba enojado, él decía: ¿Por qué todavía nos están matando de esta manera?”.

 

Una respuesta indignante

El jefe de policía de Vallejo, Shawny Williams, dijo que los oficiales estaban en la zona para controlar los saqueos y sospechaban que Monterrosa planeaba ingresar a una farmacia a robar. Además, aseguró que el agente que disparó “pensó que vio la culata de una pistola que resultó ser un martillo metido en el bolsillo de la sudadera de Sean” y que al percibir una amenaza, disparó.

Mientras tanto, el agente fue puesto en licencia administrativa paga al igual que los oficiales que lo acompañaban. La muerte del pibe de origen argentino provocó indignación en la comunidad de Vallejo y San Francisco, su ciudad natal. El joven era conocido en su vecindario, un skater y artista que amaba la literatura sobre la justicia penal, dijeron sus dos hermanas.

Su padre, Neftali, un médico cirujano argentino, trabaja hace 24 años en un bar del barrio Castro, hacia donde se mudó con su esposa Laura.