Mercedes, Friday 3 de December de 2021
 

Cuando todo parecía que este viernes se iba a realizar el trabajo que la mayoría de los mercedeños espera ver en el Gaucho, mucho no pudieron hacer.

Desde temprano llegaron dos máquinas de Vialidad Nacional al predio, acompañados de varios Gendarmes para avanzar en la limpieza de la banquina, pero las horas fueron pasando sin mayores novedades.

Después del mediodía llegó un abogado de Vialidad Nacional quien desde que se bajó de la camioneta parecía decidido a hacer cumplir la orden del Juzgado Federal, diálogos, reuniones acá y allá, antes de que las maquinas se pusieran en marcha.

Las maquinas se movieron hasta una construcción que ya estaba vacía y comenzaron a derribar, hasta allí todo bien, pero fue solo hasta ahí. En un abrir y cerrar de ojos las maquinas estaban arriba de los carretones listas para partir.

Nadie quería dar una explicación y solo se escuchó decir que el lunes volverían. Los Gendarmes se quedaron un rato dialogando con puesteros que se acercaron a ellos.

Mientras esto ocurría, en el sector donde estábamos, llegaron unos puesteros diciéndonos que sienten que les mienten desde un primer momento.

Luego una señora nos contaba que ella hace más de 20 años que está en el lugar y que gracias a su trabajo hoy tiene un hijo profesor y una hija que va a ir a la universidad. A esta misma le preguntamos si ellos quieren estar mejor, lejos de la banquina nos dijo que sí, pero que quieren estar mejor, no adentro de una carpa. Como ejemplo nos citó una construcción de un tinglado que están haciendo frente al predio en un terreno privado y que algo así sería lo ideal para poder trabajar.

Además algunos puesteros señalaron que detrás de la instalación de las carpas en el predio donde serán reubicados provisoriamente hay un gran negocio.

Entre campana y campana todo indica que no hay por el momento una solución inmediata. Ahora solo resta esperar y ver qué pasa el día lunes o cuando la Justicia Federal y todos los engranajes necesarios den una solución de fondo a la cuestión del Gaucho Gil en la ciudad de Mercedes, una mina de oro para el turismo religioso que de a poco irá perdiendo valor sino se hace algo.