Nacional, Thursday 2 de July de 2015

Los dos meses de encierro llevaron a los participantes al borde del estallido. Discuten por una torta, por la falta de horas para usar el gimnasio y por la competencia. Del odio de Mariano Berón al cruce entre Mariana y Brian.

“Al primer productor que me cruce, lo acuesto de una trompada”, amenazó Mariano Berón ante Gran Hermano. En el confesionario se movía, hablaba en voz alta y no podía ocultar su agresividad. Antes había roto una cámara y estuvo a punto de agarrarse a trompadas con Francisco Delgado.

Pero no es el único participante que vivió episodios de violencia en la casa más famosa del país, que hoy por la pantalla de América vivirá una nueva gala de nominación. Romina y Nicolás se pelearon por una torta y Brian y Mariana discutieron a los gritos en medio de una fiesta.

Los dos meses de encierro encuentran a la casa en un momento reaccionario. El psicólogo Hugo Marietán cree que los episodios rebeldes y violentos tienen que ver con el típico síndrome carcelario. Del mismo modo que los presos se organizan en motines para hacer reclamos, algunos participantes “estallaron” para quejarse, como en el caso de Berón, porque no podían usar el gimnasio.

“El encierro es una restricción de la libertad y eso implica un grado de impotencia al no poder optar entre hacer una cosa o la otra. Entonces eso genera impotencia. A pesar de que sea un encierro pactado, el individuo siempre quiere expresarse. Hay otro elemento: la competencia en sí. Hay gente encerrada y compitiendo”, opinó Hugo Marietán, especialista en psicopatías.