Este lunes se conoció la triste noticia del fallecimiento del platero que confeccionaba los bastones de mando de los gobernadores de Corrientes. Será velado en la sala velatoria de Bollini Hnos. ubicada en España y Belgrano.
Hace varios años atrás Munilla realizó una interesante nota que se publicó en el Diario El Litoral sobre la vida del platero Jorge Abel Lossada.
Nota publicada en el año 2012:
Calma chica de domingo en la ciudad de Mercedes, media mañana pintada de llovizna otoñal, cielo encapotado y baja temperatura. En la esquina de las calles Juan Pujol y Pedro Ferré, un negocio de vidrieras amplias sin rejas, exhibe objetos en plata y alpaca, con un sello que ya es categórico al leer el nombre que sobre la pieza estampa: Jorge A. Lossa-da.
Lossada, el platero, viene caminando por la vereda llave en mano. Con el fuego ya abrasando la parrilla de la casa de familia, responde gentilmente a la invitación para realizar esta nota. Por precaución, luego de ingresar ambos al negocio, la puerta se vuelve a cerrar con llave. Los amigos de lo ajeno hicieron estragos hace un par de años y el temor lo ha vuelto cauto.
De maestro a artesano platero, ¿cómo fue ese paso?
Cuando estaba en tercer año de la secundaria ya quise dejar el estudio. Mis manos me pedían otra tarea lejos del lápiz y el papel, quería ser mecánico, arreglar televisores y mis padres no escucharon siquiera la oferta, familia de maestros, tuve mi título y trabajé como tal por más de 18 años.
El que cuenta es Jorge Abel Lossada, correntino de Mercedes, 70 años, casado con Mercedes, cinco hijos (Jorge, Mario, Silvia, Manuel y Carolina), de los cuales dos, Manuel y Silvia, médico cardiólogo y odontóloga respectivamente, dejaron sus profesiones para volcarse de lleno a la platería, como su padre, solo que esta vez, la oferta se recibió sin tantas objeciones.
-Manuel iba a Buenos Aires a estudiar con un fa-moso, le conté a mi amigo Pallarols (Juan Carlos) que había decidido abandonar la medicina, me mi-ró con cara de preocupación, preguntó el nombre de mi hijo y cuando se lo dije, tomó uno de sus catálogos y escribió: ¡Manuel largá todo chamigo!. (Ríe a carcajadas).
¿Y cuando se dedicó usted de lleno a esta profesión?
-El traspaso fue gradual, estaba de director en una escuela y pedí me asignen a la nocturna para tener tiempo durante el día.
Presenté después mi renuncia y la supervisora le mostró la nota a mi esposa que era docente allí también. Pero fíjate Mecha la locura que quiere hacer Jorge, le mostró. Para calmar los ánimos me dieron licencia sin goce de haberes y luego la decisión fue definitiva. Sé que no va a ser fácil, pero no me rebotes la renuncia, pedí. Ya estaban los chicos, era un sueldo menos para la casa, las herramientas e insumos demandaban gran inversión, pero mis cosas se empezaban a vender bien y el negocio prometía.
¿Cuál fue su primera pieza en plata?
-Las alianzas de casamiento para mi hermana Isabel. A medida que hacía las cosas, sentí el apoyo de la gente de acá, se preocupaban por comprar mis trabajos, vino Mercedes Sosa y la señora Icha Pais me pidió que le confeccione un llavero con el contorno de la provincia de Corrientes, la señora de Ansola estaba en Manos Correntinas y mandaba mis obras al Museo de Artesanías.
Cada trabajo es una propaganda, imagínese que venía Guevara de San Antonio de Areco que es el nido de los plateros y adquiría en mi negocio facones, mates, cuchillos.
Después me contó lo que hacía, se reunía en el bar con sus amigos y presumía de su amigo el mercedeño.
De plata y alpaca
En la vitrina del negocio, las primeras figuras son los mates con detalles en plata y en alpaca.
¿En qué se diferencian uno y otro?
-La plata es más linda, es dócil para manejar, ductil y maleable como el oro. Se la compra en forma granulada, como el pororó y se cotiza como el oro. A la plata pura (1.000), que no se usa porque es muy blanda, el platero le da la aleación que necesita. A mayor fuerza de roce, como un estribo por ejemplo, mayor porcentaje de cobre (Plata 800) y un mate o bombilla, menor porcentaje (Plata 900). La alpaca es más dura pero también más económica. Por lo general la gente prefiere la plata.
La alpaca es una aleación de cobre, bronce, estaño y niquel. Se la compra en chapas y en hilos. El oro fino se compra en chapas selladas.
Mientras habla, Jorge explica sobre la pieza en cuestión.
-Este mate tiene la boca cincelada a mano y base incorporada con tiras de plata. Es un mate yurú guazú (boca ancha), que es el que adoptamos nosotros porque es muy práctico, se ceba mejor, se mantiene por más tiempo la yerba, a diferencia de los yurú-i (boca chica). Uno aprende del cliente, va interpretando lo que quiere la gente, por eso cada cincelado, golpe a golpe, tiene su historia personal.
Su nombre lo graba con un punzón. Un mate Lossada en plata cuesta $1.900 y en alpaca con logo $305. La bombilla en plata $980; si es de alpaca $170.
¿Cuántas horas al día se dedica al taller?
-Todo el año, de 6 de la mañana hasta las 7 de la tarde. Con mi hijo y algunos aprendices, por momentos llegamos a ser seis. La demanda es alta, por ejemplo una concesionaria de autos pide 20 juegos de mate y bombilla en alpaca por semana, compran los consignatarios de hacienda, empresas con las iniciales de sus empleados para celebraciones especiales.
Un correntino en Palermo
¿Qué siente al ser reconocido en una de las más grandes exposiciones como es la Feria Ru-ral de Palermo?
-Hace más de diez años que vamos, nos hicimos de muchos clientes. Es una vidriera que va renovando igualmente el público y otros repiten la visita, como Doris del Valle, que me compró un mate en Mercedes y allá pasó a saludar y adquirió otros productos.
La anécdota jocosa la pasó con KarlosArguiñano, el cocinero español. - “¿Va a llevar la bombilla”, le pregunté una vez que eligió el mate. “Pues no porque venimos bien iluminados”, contestó.
La Cruz de los Milagros para Juan Pablo II
¿Es esa la obra más significativa que recuerda?, pregunto al escuchar la mención de una réplica de la Cruz de los Milagros que realizó para el Papa Juan Pablo II cuando en 1986 visitó Corrientes.
-Sin dudas. Por encargo del gobernador José Antonio “Pocho” Romero Feris, diseñé en base y respaldo de madera de 40 centímetros. Con marco, leños y llamas, la Cruz atada con hilos integramente en plata. Llevaba placa dedicada e iba acompañada de un rosario también en plata.
Ahora el Obispo de Goya estuvo en el Vaticano y entregó a Benedicto XVI un rosario de tientos con bolitas de plata hecho por mi. Trajo la foto de esa ceremonia, me contó que el Papa es una persona sencilla que transmite una gran paz.
También en Tierra Santa está una talla de la Virgen de Itatí, obra del artesano Cabrera, para la que realicé la corona, luna, base de plata y el rosario.
¿Y la pieza más pequeña que le tocó trabajar?
-Mandan a hacer de reliquia unas pequeñas cruces en oro de menos de un centímetro, se la ponen bajo la piel, igual que los San la Muerte en oro y plata.
La escuela de Paraje Rincón de Yaguarí
A poco de comenzar la charla, Jorge Lossada cuenta que fundó una escuela allá por la década del ’60. “Y le pusieron mi nombre a la biblioteca”, dice orgulloso.
¿Dónde queda el Paraje Yaguarí?
-Está en el límite de Curuzú Cuatiá con Mercedes. Recuerdo que hicimos el censo, con los vecinos organizamos el terreno y llevé el proyecto al diputado Yontob. Salió rapidísimo.
Las mismas manos que hace más de cuatro décadas le apuraron su destino de artesano, ahora acarician una de las tantas bombillas de plata que salen de su taller a la espera de un mate bien cebado, entre amigos, en la soledad de ese campo paiubrero en el que se crió y al que pertenece.
En ese taller que queda a tres cuadras del negocio, en Ferré y Rivas, Lossada padre con sus hijos inician la obra de cada día. Crisoles, lingoteras, sopletes de fundir, fundentes, laminadoras, trafiladora, soplete de soldar, limas, cinceles, lijas, pulidoras, pantógrafo, son las herramientas. El trabajo del hombre, el noble oficio.
“Una buena pieza se reconoce por los detalles de soldadura, yo opté por dejarla atrás”, muestra, aunque sólo él percibe el lugar. Los ojos ajenos, sólo observan la perfección de cada golpe.
¿Si tuviera que dar nombres de maestros?
-Severio Verón y Julio González, maestros plateros de Saladas. Miguel Ángel Barzelk de Corrientes, dice sin titubear.
¿Y la mayor satisfacción?
-Haber logrado esto, que no fue nada fácil. Hice estudiar a mis hijos, dos ya van a continuar con el sello, nombré a mi esposa gerente general (sonríe) y quizás los nietos (tiene 13) se entusiasmen más adelante.
El platero Jorge Lossada tiene su “tendón de Aquiles”. No puede evitar mirar a Tinelli (por gusto de su mujer), canal de dibujitos (para complacer a los nietos) y cuando puede se hace una escapadita de caza y pesca.
“Para eso me preparo con todo”, se ufana.
El bastón de mando
Jorge Lossada es el encargado de fabricar el bastón de mando que el gobernador saliente obsequia a su sucesor en el cargo, en nombre del Gobierno de la provincia.
¿Para quien fue el primero?
-Me lo encargó el doctor Ricardo Leconte y de ahí en más me encomendaron todos hasta la fecha. Cuando iba a hacer el primero, la única condición fue buscar una madera dura. Busqué madera de viraró y no resultó. Me incliné por el incienso, con ella se hacen los tacos de billar y se empleaba en esas heladeras antiguas con hermosas vetas. También usé guayacán, de color más oscuro. El “Negro” Cardozo fue mi carpintero hasta que falleció y siguió el ebanista Alberto Costaguta.
¿Cuál es el diseño que de debe respetar?
-La puntera de plata con una cabeza o cúpula de 10 centímetros y la empuñadura. Debe llevar escudo de Corrientes en oro, en el reverso decir “Gobierno de la Provincia de Corrientes” y en la base de la cúpula las iniciales del gobernador.
Los detalles corren por cuenta de quien obsequia el bastón.
Demanda en alta
Según se explayó el artesano mercedeño, en el taller se trabaja todo el año, principalmente con juegos de mate y bombilla. El recurso de muchos empresarios, más que nada en lo que hace a concesionarios de automóviles, es obsequiar a sus clientes una caja de lujo conteniendo esta delicadeza de autor, al adquirir el cliente un nuevo auto.
También para fin de año, en ocasiones especiales como la despedida de empleados que se acogen a los beneficios de la jubilación, el regalo es parte del buen augurio.
Lossada trabaja en serie y el gusto por la tarea se multiplica. Lo cuenta como al pasar pero sin dudas el detalle no es menor, se nota en su entusiasmo.
En honor a la verdad, el perfil de este hombre debiera incluir la opción: Personalidad. Y la respuesta sería:Bien sencilla.
En dos horas de charla, el repaso de su vida fue tan calmo como las quietas calles del pueblo de Mercedes, en el que nació y del que nunca se fue. Allí vive Lossada, el platero, como se lo conoce.
La “Marcha a San Lorenzo”, tono de llamada en su celular, marcó el final de la entrevista.
“Estoy en camino”, dijo a su mujer. Y se fue por la vereda angosta, al amparo de una fina garúa.