Ese sábado 30 de abril de 1988 quedó grabado a fuego en la memoria de los aficionados al boxeo, porque esa noche, en Cartagena de Indias, Colombia, el mercedeño Lucio Omar “Metralleta” López intentó la hazaña de ganar la corona mundial de los gallos, versión CMB. No pudo ser, pero el correntino - hoy ya fallecido - dejó bien alto el prestigio de los puños criollos, cayendo por puntos ante un gran campeón como sin duda lo fue el colombiano Miguel “Happy” Lora. Hasta hoy, “Metralleta” fue el único correntino que peleó dos veces, sin suerte, por la corona mundial de los gallos, cuando había excelentes valores en su categoría. Luego de fracasar en el intento ante el colombiano, López intentó nuevamente la hazaña en marzo de 1989, esta vez ante el mexicano Raúl “Jíbaro” Pérez, de físico más largo que el retador, en Los Angeles, pero volvió a perder por puntos, en un sangriento combate, en el que dejó toda su guapeza sobre el ring.

Pero volviendo al combate con Lora, que hoy nos ocupa, fue mucha la expectativa creada en Corrientes y en Mercedes especialmente, su ciudad, porque todos estaban pendientes del desarrollo de la pelea, en la Plaza de Toros de Cartagena. Muchos negocios pusieron televisores en las vidrieras para que todos puedan seguir las incidencias del combate. La Pelea El correntino salió con toda su potencia, tal como era su costumbre, y ya en la primera vuelta advirtió que la izquierda demasiado baja de Lora, era una invitación para la derecha larga en swing de López. De a poco se fue soltando el retador, ante un campeón expectante, que salió a ver qué hacía el visitante.

En el segundo round, el correntino comenzó a imponer su potencia, sacando buenas manos arriba y abajo, aunque ninguna neta y cuando promediaba este asalto, conectó una derecha larga, que llegó plena a la cara del colombiano, que se fue a la lona sorprendido. Ahí estalló la afición, parecía que la hazaña se consumaba. Pero los segundos que faltaban para terminar el asalto, no le alcanzaron a Metralleta para meter una mano definitoria que le diera la corona.

El colombiano trabó como pudo, y así, conmovido y confundido, apenas llegó al fin del round y a su rincón, encontrando en la oportuna campana su salvación. Allí tomó en cuenta que estaba ante un temible pegador, al que no se le podía dar la mínima ventaja y tomó la decisión de no ir al cambio de golpes, lo boxeó en la media y larga distancia, mostrando respeto por su pegada. A partir del cuarto asalto el colombiano comenzó lentamente a tomar el control de las acciones, y ya al final del séptimo round, las acciones estaban parejas para los dos. Desde ese momento Lora fue dominando a su rival en todas las distancias, creciendo round tras round. El argentino dejó todo sobre el ring, su coraje, guapeza y potencia. Pero no le alcanzaron ante un rival que mostró su experiencia y oficio de campeón.

En los tres últimos asaltos el campeón estableció claras ventajas en la puntuación, demostrando su buen boxeo, pero más allá de su buena línea boxística, debió esforzarse para ganar un difícil combate que empezó con una caída para él. Supo sobreponerse y ganar, pero el correntino demostró su bravura, peleando con todo hasta el final, dejando todo sobre el cuadrilátero, y una imagen que le posibilitó una nueva pelea mundialista al año siguiente. Hoy se cumplen 36 años de esta pelea, un hito en la historia del boxeo correntino.

Una hazaña que no pudo ser, que estuvo ahí nomás de lograrla, pero que dejó la marca del boxeo del púgil mercedeño, hoy desaparecido, pero que cuando estuvo en actividad, fue un gran campeón