Nacional, Sunday 7 de September de 2025

A los tres años, Valentino Profumo recibía su primera computadora como regalo. No sabía leer ni escribir, y su abuela maestra de primaria le armaba cartones con palabras para que pudiera buscarlas en el teclado y acceder a sus juegos favoritos. 

A los tres años, Valentino Profumo recibía su primera computadora como regalo. No sabía leer ni escribir, y su abuela maestra de primaria le armaba cartones con palabras para que pudiera buscarlas en el teclado y acceder a sus juegos favoritos. Quince años después, ese niño curioso se convirtió en el primer argentino seleccionado para una beca internacional de Meta, la compañía fundada por Mark Zuckerberg, tras imponerse entre 18.000 postulantes de todo el mundo.

Valentino tiene 18 años y estudia en el Colegio Del Carmen, un secundario bilingüe de San Rafael donde cursa el bachiller en Informática. No fue abanderado ni tuvo el mejor promedio; incluso repitió una materia. Pero su talento autodidacta para la computación lo llevó a destacarse. Aprendió a programar por su cuenta, entre foros, tutoriales y pruebas técnicas que lo fueron acercando a la excelencia.

La beca lo llevará a Francia, donde Meta creó un centro académico de formación en programación y desarrollo. Podrá elegir si comenzar en 2026 o 2027, y mientras tanto ya se prepara estudiando francés. Su proyecto final para la selección fue una inteligencia artificial pensada para ayudar a personas con TDAH, con funciones de organización, alarmas y comunicación adaptada. Fue el único en presentar una propuesta con fines sociales y el único en obtener 100% en las pruebas técnicas.

Pero mientras se prepara para ese futuro internacional, Valentino enfrenta una dificultad más cercana: no cuenta con los recursos para costear su viaje de egresados a Bariloche, valuado en 2,8 millones de pesos. Hasta ahora logró reunir poco más de 600.000 gracias a ahorros y donaciones. Vive en Cuadro Nacional con su madre, que trabaja como celadora, y su abuela jubilada, quienes lo criaron y acompañaron siempre.

Además de su pasión por la tecnología, Valentino brilla en oratoria. Integró la selección argentina de debate y este año obtuvo el puntaje individual más alto en un torneo organizado por la Universidad de Pensilvania. Su nombre ya resuena en ámbitos educativos y tecnológicos como una promesa.

Pero él no olvida sus raíces: aquellas letras escritas en cartones por su abuela, que lo guiaron en sus primeros pasos frente a una computadora. Hoy, ese mismo impulso lo proyecta al mundo.

AS

Fuente: Clarin