En el Banco Nación, la divisa cerró en $1.495, mientras que en entidades privadas llegó a ubicarse por encima de los $1.500. En el mercado informal, el dólar blue trepó a $1.515, el MEP alcanzó los $1.520 y el contado con liquidación (CCL) rozó los $1.540. La tensión también se reflejó en los activos financieros: los bonos en dólares retrocedieron más de 14% y el riesgo país se disparó más de 22% en una sola rueda.

Intervención sin freno

La presión se sintió en todos los frentes. En el segmento mayorista se operaron más de US$ 590 millones, con ventas oficiales estimadas en más de US$ 300 millones. En paralelo, el mercado de futuros duplicó su volumen y rozó los US$ 1.300 millones, en un clima que analistas definieron como de “modo pánico”, con inversores desprendiéndose de posiciones en pesos.

La tensión alcanzó incluso a la operatoria minorista: clientes del Banco Galicia denunciaron problemas en la aplicación y en el homebanking durante varias horas. La entidad lo atribuyó a un “desperfecto técnico”, que fue resuelto progresivamente.

El Banco Central activó el mecanismo de intervención al alcanzarse el techo de la banda de flotación acordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que para este jueves estaba en $1.474,83. Con el mayorista en $1.474,50, el organismo presidido por Santiago Bausili vendió reservas por un monto muy superior al del día anterior (US$ 53 millones), aunque sin éxito para contener la corrida.

Reservas y política, bajo la lupa

Según fuentes del mercado, la utilización de dólares de las reservas —en parte provenientes de desembolsos del FMI— despierta dudas sobre la capacidad del Gobierno para sostener los pagos de deuda si continúa este nivel de intervenciones.

A la incertidumbre financiera se sumó el frente político. El oficialismo sufrió un nuevo revés en el Congreso tras el rechazo a los vetos presidenciales en materia de financiamiento universitario y salud, lo que alimentó la desconfianza sobre la gobernabilidad y el margen de maniobra para sostener el programa económico.

En este escenario, operadores y analistas advierten que la presión cambiaria está lejos de disiparse. “El mercado percibe un Central cada vez más débil en reservas y un Gobierno con menos respaldo político. Esa combinación dispara la cobertura en dólares”, advirtió un economista.

Con el dólar mayorista al borde del techo de la banda, los paralelos en máximos históricos y la confianza en mínimos, la crisis cambiaria sumó un capítulo más a la incertidumbre que atraviesa la economía argentina.

Fuente: C3